domingo, 19 de mayo de 2024

Percusión Menor

 El Güiro

es un instrumento de percusión. Está clasificado dentro de la división de los idiófonos (que suenan por sí mismos, sin cuerdas ni parches), en la rama de raspadores. Los güiros tradicionales provienen del calabazo seco, igual que la cabasa y las maracas que se construían con este fruto. Este instrumento musical es típico de varios países de América Latina tales como Ecuador, Brasil, Colombia, República Dominicana, Panamá, México, Perú, Cuba, Puerto Rico y Venezuela. Se utiliza como instrumento de acompañamiento. Existen antecedentes de este instrumento en sitios arqueológicos en México, donde se han encontrado raspadores frutales.


Güiro de Calabaza
Güiro de metal















La Cabasa

Su nombre se debe a que originariamente estaban realizadas con calabaza, como el güiro y las maracas.


La cabasa de metal fue creada por M. Cohen de la compañía Latin Percussion. Se utiliza en el jazz latino, especialmente en el género bossa nova.


En los últimos años, ha ganado mucho terreno dentro del reggae y la música pop.


La cabasa se construye con anillos de bolas de acero en forma de cadenas, que envuelven un cilindro grueso. Es un cuerpo hueco y cerrado. En su interior, hay unas sonajas metálicas que, cuando el instrumento se agita en el aire o se golpea con la mano, entrechocan entre sí o con la pared de la cabasa y producen sonido. El cilindro está unido a un largo y delgado manubrio de madera o plástico o metal.
















Las Maracas

Las maracas son características de la música latina. En la música popular bailable latina de influencia cubana y en el folklore llanero venezolano, así como el folklore de algunos ritmos de República Dominicana y de Puerto Rico, por lo general se encuentran en pares, una para cada mano, de ahí el término en plural "maracas".


El Cajón Peruano


El cajón, conocido también como cajón peruano o cajón flamenco según su enfoque de fabricación, es un instrumento musical de origen peruano, teniéndose datos documentados de su existencia en el Perú desde mediados del siglo xix. El cajón fue reconocido oficialmente en el Perú como «Patrimonio Cultural de la Nación» el año 2001. Es uno de los pocos instrumentos musicales donde el artista se sienta sobre él y este transmite el ritmo al cuerpo del cajonero. El 1 de noviembre del 2014, la Organización de Estados Americanos declaró al cajón peruano como “instrumento del Perú para las Américas” y reconoció el aporte de la música peruana al acervo cultural de las Américas.2​ A fines del siglo xx el cajón peruano fue adoptado en España para dotar de un instrumento de percusión como tal a la música flamenca, gracias al trabajo de Paco de Lucía que observó este instrumento en Perú durante una velada en 1977 y donde consideró que el sonido que producía se asemejaba a la planta y el tacón del bailaor, por lo que le pareció apropiado incorporarlo. A su llegada a España se extendió masivamente en la música flamenca y se le comenzó a llamar "cajón flamenco", lo que generó controversia en Perú.




El Cencerro


El cencerro es un instrumento musical de percusión. Modernamente se fabrican pequeñas campanas o cencerros sin badajo específicos para ser usados como instrumentos musicales. Pueden estar fijos a un soporte y son idiófonos sacudidos. Se percuten con baquetas de madera especialmente diseñadas para este instrumento. Normalmente, se fabrican en cobre, acero o en aleación de acero. Se utilizan de distintos tamaños para conseguir diversos sonidos dependiendo del estilo de música en el que sea utilizado. Sea cual sea su tamaño el sonido resultante es indeterminado.















miércoles, 15 de mayo de 2024

LA CONGA

 Para empezar.

La conga​ o tumbadora es un instrumento membranófono de percusión de raíces africanas, que fue desarrollado en Cuba. Además de su importancia dentro de la percusión en la música afrocubana, la conga se convirtió en un instrumento fundamental en la interpretación de otros ritmos «latinos» como la salsa, el merengue y la timba cubana.


La conga tiene su origen en los tambores africanos hechos a partir de un tronco sólido ahuecado y con una piel clavada sobre la abertura de un extremo. El tambor de makuta, de origen bantú, ha sido identificado como un posible antepasado. Otro antiguo nombre dado por los nativos africanos a este instrumento fue «tahona». Luego se le llamó «tumba», palabra derivada de la lengua bantú. Posteriormente, se emplearon nombres como «salidor», «3-2» y «quinto».


MAKUTA


A pesar de ese fuerte y remoto parentesco de África, el desarrollo de las congas no hubiera sido posible sin la técnica de fabricación y materiales de los europeos. Tal es el caso de los barriles de vino, que fueron utilizados como «cuerpo» de tambores en diferentes partes de América.


A partir de los años 1940 se popularizó el uso del vocablo criollo afrocubano «conga» para designar ese instrumento, coincidiendo con el apogeo alcanzado en el mundo por los ritmos cubanos como la conga y posteriormente el mambo.


Con el paso del tiempo, las congas han sufrido diversos cambios tanto en su constitución como en la manera de ser ejecutadas. En Cuba, inicialmente, las tumbadoras desempeñaron un papel mayormente folclórico. Cuando la rumba surgió en La Habana y en Matanzas, se tocaba inicialmente con barriles de bacalao y de velas, que después se transformaron en los llamados cajones. Posteriormente esos instrumentos improvisados fueron siendo remplazados (al menos parcialmente) por «prototipos» de tumbadoras.


Estos modelos rudimentarios de la tumbadora tenían una forma parecida a la que presentan hoy en día pero era todavía un tambor muy sencillo, comprendido únicamente por el «vaso» y el cuero. El cuero o parche que era sujetado a la boca de la conga con clavos y se afinaba acercándolo al fuego, ya que no existían los «herrajes», Los herrajes de afinación de las congas aparecieron en los años 1940 siendo esta mejora atribuida al músico Patato Valdés.


Congas (Actualmente)


jueves, 2 de mayo de 2024

Instrumentos Afrocaribeños

Dholak o Naal


El dholak o naal es un instrumento musical membranófono, de dos parches, hecho de madera dura, típico de regiones del subcontinente indio. Se toca de pie o en el suelo. Se diferencia de otros tambores como el khol y el mridangam en que es más corto y sus parches pueden ser de membrana simple.

Este tambor se utiliza en festividades matrimoniales, en música de cine indio, en el Baithak Gana, en el canto tan, en danzas folclóricas y en la música indocaribeña.




Palo de lluvia


Un palo de lluvia o palo de agua es un tubo largo con huecos relleno de semillas, en cuyo interior se clavan palitos de bambú o de madera, formando una helicoide que se extiende a todo lo largo. Cuando el palo se inclina suavemente las piedrecillas o las semillas caen y su golpeteo con los palitos produce un sonido que se asemeja a la lluvia o agua cayendo.


Su origen se remonta a los pueblos indígenas de la Amazonía sudamericana, muy extendido entre los pueblos tulumayos, panatahuas, quitus, asháninkas,mexicas, entre otros; sin embargo, se han encontrado vestigios arqueológicos en culturas preincaicas de la costa peruana y los Andes centrales.


Se utiliza generalmente para crear efectos de sonido ambiente o como instrumento de percusión.


Los materiales que se utilizan para construir un palo de lluvia varían dependiendo de las tradiciones culturales y los materiales que se pueden obtener en cada lugar. Tradicionalmente, se hacen con cactus cuyas espinas se sacan y se muelen, se dan vuelta y se vuelven a introducir. También suelen construirse utilizando cañas de bambú.


Los palos de lluvia industriales —por ejemplo, aquellos utilizados con fines educativos— son hechos de plástico o metal y son rellenados con pequeñas bolitas de materiales sintéticos o semillas.







La tambora

La tambora dominicana tiene un cuerpo con cuerdas fijas entre sí y dispuestas en forma de cilindro. A ambos extremos, las membranas, parches de piel o cuero de chivo, también se usa el cuero de becerro (la piel debe ser de un lado de chivo o cabra macho y de un lado de cabra hembra para permitir que exista una variación del sonido al golpearlas), se fijan al cuerpo mediante aros hechos con una vara de madera, bejuco o mimbre de gran consistencia y flexible. En su origen la tambora fue construida del tronco de árboles huecos, donde su fabricante pulía tanto el exterior como el interior del madero para darle la forma deseada. Los parches se tensan mediante ligas o cuerdas al apretar un aro contra otro. Hoy en día también se utilizan tensores modernos de metal similares a los usados en la tumbadora.



 Güira

La güira es un instrumento auténticamente popular en la nación dominicana ocupando un sitio importante dentro de su patrimonio cultural.


Aunque guarda ciertas semejanzas con el güiro o bangaño, se diferencia claramente de este por su construcción de metal. El sonido particular que produce al ser rasgado constituye junto con la tambora, la base rítmica del merengue típico dominicano. Actualmente, se utiliza en la sección rítmica de géneros de música popular dominicana como la bachata y el merengue También en Géneros musicales como Cumbia, Vallenato, Bomba, Salsa, Son, Palos, Chamba, Kompa, Jazz, Perico Ripiao, Manguliná, Pambichè .


La güira se toca sosteniéndola verticalmente al empuñar su asa con una mano. Con la otra mano, una baqueta o «gancho» que termina en forma de peine de púas metálicas rasca las estrías o "gránulos" que presenta la superficie del instrumento.


En Puerto Rico, a la güira se le conoce también como güiro de metal o güiri güiri



El shekere 

es un instrumento de percusión de África Occidental, consistente en una calabaza secada con cuentas tejidas en una red que la recubre. Se elabora con las pequeñas calabazas que crecen sobre la tierra. La forma de la calabaza determina el sonido del instrumento.


Conga

La conga tiene su origen en los tambores africanos hechos a partir de un tronco sólido ahuecado y con una piel clavada sobre la abertura de un extremo. El tambor de makuta, de origen bantú, ha sido identificado como un posible antepasado. Otro antiguo nombre dado por los nativos africanos a este instrumento fue «tahona». Luego se le llamó «tumba», palabra derivada de la lengua bantú. Posteriormente, se emplearon nombres como «salidor», «3-2» y «quinto».

A pesar de ese fuerte y remoto parentesco de África, el desarrollo de las congas no hubiera sido posible sin la técnica de fabricación y materiales de los europeos. Tal es el caso de los barriles de vino, que fueron utilizados como «cuerpo» de tambores en diferentes partes de América.

A partir de los años 1940 se popularizó el uso del vocablo criollo afrocubano «conga» para designar ese instrumento, coincidiendo con el apogeo alcanzado en el mundo por los ritmos cubanos como la conga y posteriormente el mambo.

Con el paso del tiempo, las congas han sufrido diversos cambios tanto en su constitución como en la manera de ser ejecutadas. En Cuba, inicialmente, las tumbadoras desempeñaron un papel mayormente folclórico. Cuando la rumba surgió en La Habana y en Matanzas, se tocaba inicialmente con barriles de bacalao y de velas, que después se transformaron en los llamados cajones. Posteriormente esos instrumentos improvisados fueron siendo remplazados (al menos parcialmente) por «prototipos» de tumbadoras.

Estos modelos rudimentarios de la tumbadora tenían una forma parecida a la que presentan hoy en día pero era todavía un tambor muy sencillo, comprendido únicamente por el «vaso» y el cuero. El cuero o parche que era sujetado a la boca de la conga con clavos y se afinaba acercándolo al fuego, ya que no existían los «herrajes», Los herrajes de afinación de las congas aparecieron en los años 1940 siendo esta mejora atribuida al músico Patato Valdés.


Bongó

El origen del bongó es poco claro. Su uso fue documentado por primera vez en la región oriental de Cuba, la Provincia de Oriente, a finales del siglo XIX, donde se empleó en estilos musicales populares como el nengón, el changüí y su descendiente, el son cubano.​ Según Fernando Ortiz, la palabra bongó derivó de las palabras bantúes mgombo o ngoma, que significa tambor. Tiene la hipótesis de que la palabra evolucionó por metátesis y por similitud con otra palabra bantú, mbongo.2​ En Holguín, ciertos tambores que se consideran posibles ancestros del bongó se conocen como tahona, que podría haber sido una palabra genérica para tambor en Cuba y también se refiere a un género musical no relacionado.

El bongó es un instrumento membranófono conformado por un juego de dos tambores pequeños hechos de madera ligeramente troncocónicos, uno más pequeño que el otro, unidos por una pieza de madera. Sus bocas superiores —las de diámetro mayor— están cubiertas por cuero sólido que se tensa con un anillo de metal de color negro a través de las llaves metálicas del bongó. El músico que toca el bongó se llama bongosero. El bongó se percute con las manos, para lo cual se debe colocar entre las rodillas, sentado, ubicando el parche más agudo (el de menor tamaño) a su izquierda en un ángulo de 45° para obtener su sonido.

Según la clasificación decimal de los instrumentos musicales de Hornbostel y Sachs (Vega 1989), le corresponde el número 211.211.12-9221.

El bongó es, a decir de Fernando Ortiz —etnógrafo e historiador cubano—, «la más valiosa síntesis en la evolución de los tambores gemelos lograda por la música afrocubana». Su origen se remonta a la zona oriental de Cuba donde, conjuntamente con el desarrollo del son, alcanzó su forma definitiva y mayor esplendor al llegar a La Habana a partir de 1905.





Su origen

La llegada de los españoles y su música marca el inicio de la música latinoamericana. En las épocas inmediatamente anteriores había existido en España y Portugal una coexistencia de diversos grupos étnicos, incluyendo árabes, moros del norte de África, cada cual con sus propias manifestaciones musicales, que contribuyeron a la evolución primigenia de la música latina. Muchos instrumentos musicales de los moros fueron adoptados en España, por ejemplo, y el estilo de canto nasal norteafricano y su frecuente uso de la improvisación también fueron recogidos por los ibéricos. De la Europa Continental, España adoptó la tradición francesa de los trovadores, la cual en el siglo xvi fue parte importante de la cultura española. De esta herencia se mantuvo el formato de composición lírica de la décima, la cual se mantiene como parte fundamental de la música latinoamericana, estando presente en los corridos, boleros, y vallenatos.


Algunos pueblos modernos de América Latina son esencialmente africanos, como los garífunas de América Central, y su música refleja su aislamiento de la influencia europea. Sin embargo, en general, los esclavos africanos llegaron al continente americano modificando sus tradiciones musicales, adaptando los estilos rítmicos africanos a las canciones europeas o viceversa. La primera manifestación musical de la independencia de nuestros países latinoamericanos es el himno nacional.


Muy poco se sabe con certeza sobre la música en el continente americano precolombino. Las antiguas civilizaciones mesoamericanas de los Mayas y los Aztecas tocaban instrumentos entre los cuales se incluyen el tlapitzalli (flauta), el teponatzli (tambor de madera), una especie de trompeta hecha de caracola, varios tipos de sonajas y escofinas y el huehuetl (timbal). Los primeros escritos de los colonizadores españoles indicaban que la música azteca era enteramente religiosa, y era ejecutada por músicos profesionales; algunos instrumentos eran considerados sagrados, y los errores en la ejecución de éstos era castigada por ser posiblemente una ofensa a los dioses. Algunas representaciones pictóricas indican que la ejecución en conjuntos era bastante corriente. Instrumentos similares se encuentran entre los Incas, quienes tenían como instrumentos una amplia variedad de ocarinas y zampoñas. También el kültrún mapuche es un instrumento precolombino; con el cual se toca el loncomeo (ritmo originalmente tehuelche adoptado por los mapuches-tehuelches); este ritmo es un ritmo folklórico de Argentina y Chile, sobre todo de la Patagonia.


El término empleado popularmente «música latina» («latin music» en inglés) se empezó a utilizar a partir de los años 50 en los Estados Unidos para referirse a los ritmos musicales típicos de América Latina, buscando una diferenciación entre los estilos de origen afrodescendiente de los afrolatinoaméricanos. En este sentido, se considera que forman parte de la música latina un gran número de géneros: el merengue, la bachata, la salsa, el dancehall, el Grimey, la bossa nova, la cumbia, el tango, el fado, la milonga, el rock latino; desde la música norteña de México a la sofisticada habanera de Cuba, desde las sinfonías de Heitor Villa-Lobos a los sencillos sonidos de la quena. El único elemento en común que tienen estas músicas es el uso de los idiomas latinos, predominantemente el español y el portugués de Brasil, aunque en este último país se prefiere el término música de América Latina.


El término “música latina” es un neologismo de origen angloamericano que está en directa relación con el uso del término Latino en los Estados Unidos, y que hace creer que se trata de un solo género musical que engloba a todos los países al sur de los Estados Unidos y que incluiría a la vez tanto música amerindia, músicas criollas, músicas afroamericanas, así como música moderna y pop rock interpretada por cantantes originarios de estos países,


pero también, aunque vagamente, el concepto de música latina también se hace extensivo a la música de España y ocasionalmente a la de Italia. Si se emplea en términos estrictos, abarcaría a la música de los países latinos de Europa, y en una interpretación forzada a la de los países de África y Asia ex-colonias de España, Portugal y Francia


Para algunos, la expresión “música latina” designa por igual a las músicas andinas que son en su mayoría de origen indígena y a los géneros caribeños que, estrictamente hablando, no son latinos y tienen un gran componente africano, tal como la música jamaiquina, la música de Trinidad y Tobago (calypso/soca), y la música creole de Haití, Guadalupe o de la Martinica.


Para los medios de comunicación y la mayoría del público, la música latina es esencialmente interpretada en el idioma español, aunque también puede incluir otros géneros, así pues es normal encontrar en las tiendas de música que se ofrezca como música latina cualquier género sin mayor diferenciación.


Por estas razones, el término música de América Latina es más idóneo y preciso que el neologismo música latina.


El término música latinoamericana es usado en medios musicales europeos para referirse también a la música clásica que fue compuesta en países de América Latina durante el periodo colonial (siglo xvii-xix).
















Percusión Menor

  El Güiro es un instrumento de percusión. Está clasificado dentro de la división de los idiófonos (que suenan por sí mismos, sin cuerdas ni...