La llegada de los españoles y su música marca el inicio de la música latinoamericana. En las épocas inmediatamente anteriores había existido en España y Portugal una coexistencia de diversos grupos étnicos, incluyendo árabes, moros del norte de África, cada cual con sus propias manifestaciones musicales, que contribuyeron a la evolución primigenia de la música latina. Muchos instrumentos musicales de los moros fueron adoptados en España, por ejemplo, y el estilo de canto nasal norteafricano y su frecuente uso de la improvisación también fueron recogidos por los ibéricos. De la Europa Continental, España adoptó la tradición francesa de los trovadores, la cual en el siglo xvi fue parte importante de la cultura española. De esta herencia se mantuvo el formato de composición lírica de la décima, la cual se mantiene como parte fundamental de la música latinoamericana, estando presente en los corridos, boleros, y vallenatos.
Algunos pueblos modernos de América Latina son esencialmente africanos, como los garífunas de América Central, y su música refleja su aislamiento de la influencia europea. Sin embargo, en general, los esclavos africanos llegaron al continente americano modificando sus tradiciones musicales, adaptando los estilos rítmicos africanos a las canciones europeas o viceversa. La primera manifestación musical de la independencia de nuestros países latinoamericanos es el himno nacional.
Muy poco se sabe con certeza sobre la música en el continente americano precolombino. Las antiguas civilizaciones mesoamericanas de los Mayas y los Aztecas tocaban instrumentos entre los cuales se incluyen el tlapitzalli (flauta), el teponatzli (tambor de madera), una especie de trompeta hecha de caracola, varios tipos de sonajas y escofinas y el huehuetl (timbal). Los primeros escritos de los colonizadores españoles indicaban que la música azteca era enteramente religiosa, y era ejecutada por músicos profesionales; algunos instrumentos eran considerados sagrados, y los errores en la ejecución de éstos era castigada por ser posiblemente una ofensa a los dioses. Algunas representaciones pictóricas indican que la ejecución en conjuntos era bastante corriente. Instrumentos similares se encuentran entre los Incas, quienes tenían como instrumentos una amplia variedad de ocarinas y zampoñas. También el kültrún mapuche es un instrumento precolombino; con el cual se toca el loncomeo (ritmo originalmente tehuelche adoptado por los mapuches-tehuelches); este ritmo es un ritmo folklórico de Argentina y Chile, sobre todo de la Patagonia.
El término empleado popularmente «música latina» («latin music» en inglés) se empezó a utilizar a partir de los años 50 en los Estados Unidos para referirse a los ritmos musicales típicos de América Latina, buscando una diferenciación entre los estilos de origen afrodescendiente de los afrolatinoaméricanos. En este sentido, se considera que forman parte de la música latina un gran número de géneros: el merengue, la bachata, la salsa, el dancehall, el Grimey, la bossa nova, la cumbia, el tango, el fado, la milonga, el rock latino; desde la música norteña de México a la sofisticada habanera de Cuba, desde las sinfonías de Heitor Villa-Lobos a los sencillos sonidos de la quena. El único elemento en común que tienen estas músicas es el uso de los idiomas latinos, predominantemente el español y el portugués de Brasil, aunque en este último país se prefiere el término música de América Latina.
El término “música latina” es un neologismo de origen angloamericano que está en directa relación con el uso del término Latino en los Estados Unidos, y que hace creer que se trata de un solo género musical que engloba a todos los países al sur de los Estados Unidos y que incluiría a la vez tanto música amerindia, músicas criollas, músicas afroamericanas, así como música moderna y pop rock interpretada por cantantes originarios de estos países,
Para algunos, la expresión “música latina” designa por igual a las músicas andinas que son en su mayoría de origen indígena y a los géneros caribeños que, estrictamente hablando, no son latinos y tienen un gran componente africano, tal como la música jamaiquina, la música de Trinidad y Tobago (calypso/soca), y la música creole de Haití, Guadalupe o de la Martinica.
Para los medios de comunicación y la mayoría del público, la música latina es esencialmente interpretada en el idioma español, aunque también puede incluir otros géneros, así pues es normal encontrar en las tiendas de música que se ofrezca como música latina cualquier género sin mayor diferenciación.
Por estas razones, el término música de América Latina es más idóneo y preciso que el neologismo música latina.
El término música latinoamericana es usado en medios musicales europeos para referirse también a la música clásica que fue compuesta en países de América Latina durante el periodo colonial (siglo xvii-xix).
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